Farmacología
El D9--THC es el responsable de la actividad farmacológica del Cáñamo indiano. Compuesto fuertemente lipídico, se absorbe con gran rapidez (sobre todo por inhalación a través de los pulmones). Se concentra en tejidos con alto contenido lipídico ( cerebro). Es metabolizado en el hígado y se elimina por orina y heces. Su vida media es de 8 días aproximadamente. A nivel molecular, el D9-THC se une a receptores, los llamados receptores de cannabinoides de los que se han caracterizado, identificado y clonado dos subtipos: los denominados CB1 que se localizan preferentemente en el hipocampo, corteza asociativa, cerebelo y ganglios basales en el cerebro y también en testículos, vejiga urinaria, intestino delgado y de cuya interacción son responsables los efectos de los cannabinoides sobre la memoria, percepción, control de los movimientos etc. y los CB2 localizados en el bazo, amígdalas, células del sistema inmunitario (Celulas B; células T; monocitos). La interacción del D9-THC con ambos receptores produce una inhibición de adenilciclasa; bloqueo de canales de calcio tipo N y P/Q y activación de canales de potasio.
Las acciones desencadenadas por la administración de cáñamo indiano han sido profusamente descritas, hasta en textos literarios. De una manera esquemática se puede resumir:
Otras acciones:
Posibilidades terapéuticas: El D9-THC está comercializado en EEUU como antiemético, para tratamiento de vómitos producidos por antineoplásicos. Hay que señalar que no es efectivo en vómitos originados por cis platino. En el momento actual se están buscando nuevos compuestos con esa actividad pero desprovistos de los efectos psíquicos. En esta misma dirección se investiga en orden a aprovechar la propiedad de disminuir la presión intraocular para tratamiento del glaucoma. Otras actividades farmacológicas aprovechables de los cannabinoides serían como analgésicos; antiasmáticos; espasmolíticos y orexígenos.
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