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Planta Herniaria (Herniaria glabra)DenominacionesHerniaria, Herniaria glabra, Hierba cólica, Hierba de la piedra, Romp-roca, Trencapedra DescripciónLa herniaria es una planta herbácea que puede durar varios años, aunque no llega a hacerse una planta muy robusta; echa unas raíces muy firmes y ramificadas, lo que le permite colonizar todo tipo de suelos, aún los más movedizos. Posee unas hojas pequeñas, lanceoladas, y las flores - que se agrupan formando diminutas espigas- también son menudas. La planta se da en toda Europa y gran parte de Asia, creciendo en todo tipo de sustrato, sobre todo en aquellos pobres y arenosos. En España se la puede encontrar a lo largo de los Pirineos y la Cordillera Cantábrica y en general en zonas poco calizas. FloraciónLa planta florece a principios de año, casi en primavera, aunque puede seguir floreciendo hasta el verano. La recolección se realiza en el mismo período de floración, ya que es en este momento cuando la planta es más rica en principios activos. Es importante que una vez secada se conserve en tarros herméticos y fuera de la luz. Aplicaciones
En la planta se pueden encontrar saponinas, cumarinas y flavonoides. Desde el punto de vista científico, la planta no está muy bien estudiada, aunque popularmente se ha utilizado desde siempre como diurético y también se sabe que actúa sobre las inflamaciones y espasmos de las vías urinarias. A esta planta se la conoce con el nombre de rompepiedras, porque actúa de forma preventiva contra la formación de cálculos renales y sedimentos urinarios. En general, es una planta que favorece el buen funcionamiento de las vías urinarias. Como tal planta no aparece en textos muy antiguos; las primeras referencias datan de mediados del siglo XVI. En principio se pensó que tenía virtudes en el tratamiento de la hernia, y de ahí su nombre genérico. Posteriormente su uso se popularizó para combatir los cálculos de riñón y las arenillas; esta aplicación la debió sugerir el hecho de que la planta crece siempre entre arenas, aparte de que sus flores forman numerosos granos en las sumidades de las plantas. Estas similitudes, aunque hoy día nos parezcan absurdas, han sido muy importantes durante toda la historia de la medicina. Hace años, la única tecnología que existía era la observación y la experimentación: observando las formas, colores, olores, etc. de las plantas, los antiguos hombres de ciencia otorgaban determinas propiedades a las plantas; así, una planta con hojas arriñonadas era útil en dolencias renales; una planta con flor acorazonada constituía un buen remedio como cardiotónico, etc. No cabe duda de que tal método carecía de rigor científico, pero en muchos casos esta observación, seguida de una experimentación, les hicieron dar con remedios que aún siguen vigentes en nuestros días. Administración
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