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Planta Hidrocótila (Hydrocotyle vulgaris)DenominacionesHidrocótila, Hydrocotyle vulgaris DescripciónEsta planta vivaz pertenece a la familia de las umbelíferas y se caracteriza principalmente porque desde el rizoma emergen las hojas, que se quedan en la base de la planta, mientras existen otros tallos bastante más largos en cuyos extremos nacen las flores, aunque ocasionalmente pueden tener alguna pequeña hoja. Las hojas son de nerviación palmeada y están divididas en tres o cinco porciones, las cuales cuentan a su vez con una serie de denticiones en su contorno. Tienen una textura suave, endeble, como si se fuera a deshacer en cuanto la cogemos. Se cría a orillas de aguas, en lugares que se encuentren encharcados durante buena parte del año... por todo el noroeste de la Península. FloraciónLa floración se produce en los meses de primavera, dando lugar a unas flores muy pequeñas de color blanquecino aunque a veces se pueden encontrar ejemplares de color rosáceo. Se reúnen en grupos de varias flores y se disponen en forma de umbela. Para recolectar, se debe esperar a que las flores terminen de abrirse por completo. Se recoge la planta entera. Aplicaciones
De la composición de esta hierbecilla no se puede decir gran cosa, ya que ha sido poco estudiada. Se dice que contiene una sustancia amarga que se encuentra en otras plantas de la misma familia, pero no se sabe a ciencia cierta qué papel juega en cuanto a sus virtudes medicinales. A esta planta, de todas formas, se la considera sumamente peligrosa si se administra sin las debidas precauciones. Solo se recomienda su empleo por vía externa, como vulneraria. Tiene propiedades cicatrizantes pero se ha comprobado que son mayores los efectos perjudiciales que los beneficiosos, por lo que solo debe emplearse por parte de personal altamente cualificado, de cara a evitar efectos perjudiciales que puedan no solo no curar sino mermar la salud de quien la tome. AdministraciónInsistimos en la necesidad de guardar las debidas precauciones en el manejo de esta planta. Lo único que no entraña riesgos es usarla externamente como vulneraria. Se puede emplear en forma de emplastos, como cataplasma, o preparar una infusión y aplicarla por medio de fricciones o vendajes. Cualquier otro uso distinto a la vía externa entraña riesgos innecesarios de consecuencias imprevisibles. |
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